martes, 8 de mayo de 2012

Martin Bossi

Martín Bossi es indudablemente uno de los mejores imitadores de la Argentina. Saltó a la fama desde la mejor vidriera para alcanzar la popularidad sin hacer cola en el peaje: ShowMatch y el universo Tinelli. Entre otros célebres personajes, imitó a Cristina Fernández de Kirchner en la Casa de Gran Cuñado, e hizo copias al carbónico de Fito Páez, Charly García, Chayanne y tantos más.
Pero cuando su camino parecía allanado para ser una especie de continuador de la senda abierta por los Midachi, este actor porteño decidió arriesgar, no quedarse con la facturación segura y jugar sus fichas a ir más allá de la imitación. “Ya la hice a la fácil, yo necesitaba que sepan que existo y acá en este país lo más cómodo era ir por ese lado, porque sabía que no había muchos que hacían las imitaciones como las hacía yo. Ahora tengo que devolver un poquito ese amor que me dieron, contando otras cosas. Yo no quiero estar a los 50 años imitando a Fito Páez, sin renegar de eso que fui o que soy. Quiero que mis espectáculos tengan cada vez más profundidad y más variación en los géneros, y para eso tenés que empezar a hacerte cargo de otras cosas”, dice.

Esas otras cosas son, por ejemplo, las que cuenta en su obra El impostor apasionado, el music hall humorístico que este viernes y sábado se presentará en Espacio Quality con una puesta notable de 10 músicos, 6 bailarines, y artilugios multimedia. Sin embargo, Bossi admite que una producción fastuosa no garantiza la calidad de un espectáculo: “Porque tengas 70 músicos y 600 bailarinas no es que hagás algo bueno. En cambio, sí creo hay mayor profundidad en el espectáculo, como actor estoy más maduro para contar otras cosas. La obra está lejos de ser un show de imitaciones. La imitación o mimesis es una rama dentro de la actuación y la utilizamos al servicio de un espectáculo”.
–¿Es un espectáculo que busca retratar tu propia historia?
–Es lo que me pasa a mí pero que descubrí que le pasa a todos: el tema de sacarse las máscaras, de ir desde el parecer al ser. Es un debate que todos tenemos, nos escondemos tras máscaras.
–¿Te costó en lo personal ser quién sos hoy habiéndote quitado las máscaras? Tuviste un pasado como tenista casi profesional. ¿Cómo fue el viaje de deportista a actor?
–Empieza en Córdoba. Yo era tenista pero me estaba retirando, y me fui a Carlos Paz de vacaciones. Éramos 15 vagos con un rendimiento muy bajo en cuanto a conquista de mujeres. Ya la comisión directiva nos estaba apretando para conseguir resultados… (risas). Yo tenía 22 años y tenía la vocación por la actuación. Fuimos a un bar en la peatonal donde había un flaco cantando y mis amigos me dijeron “Subite e imitate algo a ver si levantamos”. Y me subí por primera vez a un escenario. Cuando volví me metí a estudiar teatro; ese fue el punto de inflexión. Yo amo profundamente actuar y vine al mundo a eso.
–¿De chico eras el gracioso del club, el alma de la fiesta?
–Absolutamente. Más que el gracioso de la fiesta, yo me hacía cargo de las fiestas. Imitaba todo el tiempo, pero era algo muy natural en mí. No era por hacerme el gracioso, era más profundo.
El impostor apasionado tuvo un gran desempeño en Mar del Plata. “El espectáculo anterior lo vieron más de 250 mil personas y es una locura galopante. Venimos de llenar en Santiago de Chile y en Uruguay. En agosto llevo este espectáculo a la calle Corrientes y después saldré de gira por varios países: España, Perú, Ecuador, vamos a ir también a Estados Unidos a tirar curriculums. Me gustaría llegar a Nueva York. Mis ambiciones con respecto al laburo son muchas, voy a ir por todo.
–Parecés Maravilla Martínez.
–Es fantástico, me encantó. Yo tuve un sueño y lo estoy llevando a cabo también. Y no tiene que ver con la fama, las minas, lucrar con esta carrera ni que mi ego ensucie la función social que tenemos. El ego a veces te traiciona y vemos mucho eso en la televisión. Egos insolentes que no dejan nada, como decía Sandro.
...........................
Ganar con el bidón de Bilardo
Martín Bossi fue uno de los tantos chicos que quiso hacer carrera profesional en el tenis y quedó en el camino. Igualmente, se sigue considerando tenista. “No llegué a tener puntos profesionales, pero jugué en la primera nacional contra varios chicos con puntos de ATP (la asociación de tenistas profesionales). El año pasado me entrené con Vasallo Argüello, Acasuso (ex jugadores profesionales) y jugué la primera de Temperley, mi club.
–¿Ganamos la Davis este año?
–Para eso hay que ganarle a España, que es como el Barcelona al fútbol, pero se le puede ganar, quedó demostrado. En polvo de ladrillo es duro, salvo que le pegues con un rifle a aire comprimido a Nadal. Hay que llevarles las chicas la noche anterior y ponerle el bidón de Bilardo. Pero se puede.
...........................
“El Impostor Apasionado”La obra se presentará el viernes a las 21.30 y el sábado a las 21 en Espacio Quality (av. Cruz Roja 200). Anticipadas a 125, 135, 155, 165 y 185 pesos en Patio Olmos, Córdoba Shopping, Nuevocentro y Autoentrada.com.

No hay comentarios:

Publicar un comentario